38. En el Nombre de la Herencia
Por Miguel Pérez
™Entonces qué haces cuando la gente pronuncian mal tu nombre? ™Los corriges? Si descuartizan tu identidad, lo dejas pasar? Sólo para no tener que educarlos? Los estadounidenses nacidos en el extranjero son presionados constantemente para que americanicen sus nombres hoy en día - sólo para que sea más fácil para los oídos de aquellos que se niegan a aceptar los sonidos exteriores. Pero si usted lo acepta, ™no esta escondiendo su herencia? Cuando empecé a escribir para el periódico de mi escuela hace más de 40 años, algunos de mis profesores y compañeros de clase me convencieron de llamarme Mike Perez, erróneamente pronunciado con un fuerte acento en la segunda "e". Y así, durante un breve período de mi vida, me sentí incómodo con mi propia identidad. Me sentí como si estuviera pronunciando mal a propósito mi propio nombre, ocultando mi herencia, traicionando mis principios. Obviamente, no me tomó mucho tiempo para volver a ser Miguel Pérez.
Claro, todavía tengo que explicar a muchos no-latinos que la "u" en mi nombre está en silencio, y que mi apellido se pronuncia PErez - no es PerEz. Toma mucho más trabajo, pero vale la pena el esfuerzo. Yo lo veo como una oportunidad para enseñar una lección rápida sobre mi origen étnico. Si yo fuera a ignorar la mala pronunciación, estaría permitiendo que oculten mi herencia hispana. Pero me pasa tan a menudo que fácilmente podría convertirlo en una rutina de comedia - sobre todo cuando tengo que dejar mensajes para los burócratas del gobierno. "™Podría usted decir al Comisionado que Miguel Pérez llamó?" pregunto.
"™Como?" suelen gruñir. "Podrías deletrear eso?" Sin embargo, incluso después de cumplir - "MIGUEL PEREZ" - a veces le añaden algunas letras a la pronunciación. "™Quieres decir, Mee-GWUEL Puh-RREZ?" "No señora, quiero decir Miguel. La "u" está en silencio. Y quiero decir Pérez. El acento está en la primera "e". A partir de este punto, las respuestas dependen de el burócrata y su nivel de aceptación de la diversidad. La mayoría lo ven como una experiencia educativa y demuestran que aprecian el gesto. Pero algunos hasta desafían tu pronunciación de tu propio nombre. "™Cómo es que yo conozco a otros Puh-RREZes que pronuncian su nombre así?'' una secretaria me preguntó una vez. En ese momento, aunque uno quiera ser terriblemente amable, a veces no se puede contener un poco de sarcasmo. "Tal vez le dejan que usted pronuncie mal sus nombres por que no tienen tanto tiempo para perder con usted, señora", le respondí. "O tal vez saben que usted es un caso perdido." Francamente, todo se reduce a exigir un poco de respeto por nuestros apellidos hispanos. No le estamos pidiendo a nadie que hable español - sólo que enderecen su pronunciación de nuestros nombres! Los peores mutiladores de nombres hispanos son los periodistas de radio y televisión. Se les oye pronunciar trabalenguas a la perfección - el Secretario General de las NU Ban Ki-Moon, el dictador sirio Bashar Assad, el líder de al-Qaida, Aman al-Zawahri, el presidente francés, Francois Hollande, el ex presidente italiano Silvio Berlusconi - pero cuando llegan a los nombres hispanos, hacen sonidos extraños y dolorosos! En español, tenemos acentos hasta en nuestros nombres, y están ahí por una buena razón: ´La pronunciación! Sin embargo, muchas personas simplemente no los ven. Considere el caso de el difunto gran actor puertorriqueño Raúl Juliá. En los medios de comunicación, su nombre fue mal pronunciado con tanta frecuencia que se registró en nuestras mentes que el acento iba en la sílaba equivocada. Pero quizás los peores carniceros de nombres hispanos son los comentaristas deportivos. Talmente parece que tienen algún tipo de licencia para poner acentos donde les plazca, y lo hacen con tanta frecuencia que terminan cambiando los nombres. En la cabina de transmisión de deportes, "Jorge" se convierte fácilmente en "Whore-gay" y "Andrés" se convierte en "On-Dress" y hasta de "Juan" se convierte en "Wang". Sí, lo sé. Cuando son pronunciados mal, algunos nombres pueden tener connotaciones sexuales que son cómicas. Sin embargo, algunos comentaristas deportivos no parecen darse cuenta. Ellos piensan que están hablando español, y sin embargo, para su audiencia latina, su mala pronunciación de los nombres hispanos se puede convertir en una comedia. Tal vez esa es la razón por la que muchos latinos abandonan vergonzosamente sus apellidos hispanos cuando van al mundo del espectáculo. Hollywood y la industria de la música están llenos de hispanos que ocultan su herencia al adoptar nombres artísticos anglosajones. Y tal vez eso era excusable en los viejos tiempos, cuando la discriminación en esa industria era tan flagrante que no tenían otra opción. Pero cuando los artistas jóvenes hispanos ocultan su herencia hoy en día - en vez de apoyarlos - yo digo que debemos exponerlos como vendepatrias. Y así lo haremos en otra columna pronto. Algunas personas dicen que al ocultar sus raíces, estos artistas nos están privando de modelos de conducta que sean hispanos. Pero dado sus rechazo de su propia etnia, qué clase de modelos habrían de hacer? Por supuesto, a través de la aculturación generacional, al igual que con otros grupos étnicos, los latinos tienden a americanizar los primeros nombres de sus hijos. Los Robertos se convierten en Bobs. Y sí, los Migueles se convierten en Mikes, y no hay nada malo en ello. Pero los apellidos son diferentes. Cambiar o anglicizar su apellido es negar su herencia. Si usted tiene alguna duda, podemos retroceder cuatro décadas y puedo presentarle a Mike Puh-RREZ. Para leer otros capítulos que han sido traducidos al español, visite: En Español |
In English
|
Por favor, comparta este artículo con sus amigos en las redes sociales: