35. Pensando en Cusi en el Cuatro de Julio
7 de julio 2004 - Cada cuatro de julio, mientras otros están mirando los fuegos artificiales, mi mente se transporta de nuevo a las selvas de Vietnam en 1968.
Yo no estaba allí. Pero trato de imaginar cómo mi amigo Cusi debe haber pasado esa noche, y sirve para recordarme el verdadero significado del Cuatro de Julio. Su nombre era Wilfredo Zamora, pero cuando crecimos juntos en la "Pequeña Habana" de Miami, todos lo conocían por su apodo. Entre nuestro grupo de amigos, Cusi fue el primero en ser reclutado por el Ejército. Todavía no era siquiera un ciudadano americano, pero como un refugiado cubano y residente legal de Estados Unidos, él estaba sujeto al reclutamiento de la misma manera. A Cusi no parecía importarle. Él estaba más que dispuesto a defender su patria adoptiva. Sin duda él hubiera preferido ir a pelear por la libertad de Cuba, pero ya que él iba a pelear con comunistas, sentía que estaría sirviendo la misma causa. Si hubiera estado en la universidad, A Cusi podría haber aplazado su reclutamiento del ejército. Pero después de la secundaria, A Cusi había optado por ir a trabajar en el taller de reparación de calzado de su padre en la Pequeña Habana. En cambio, él terminó en Tay Ninh, Vietnam del Sur, donde lo mataron el 4 de julio 1968. Sólo un año después de entrar en el ejército y menos de cuatro meses después de llegar a Vietnam, A Cusi fue enviado a casa en una caja cubierta por una bandera Americana. Tenía 20 años de edad. Su muerte fue descrita como "hostil, muerte por tierra" con "múltiples heridas de fragmentación." En otras palabras, se le cortó en pedazos luchando por nuestra libertad. Y esa es la imagen que se apodera de mi mente mientras otros miran los fuegos artificiales festivos. Me hace apreciar los sacrificios que nuestros soldados han hecho a lo largo de la historia para defender nuestra libertad - y hace que me sienta orgulloso de que un sinnúmero de latinos, como mi amigo Cusi, han hecho enormes contribuciones en defensa de esta gran nación. Por desgracia, esta es una historia que ha pasado en gran parte sin contar, un capítulo no escrito de la historia de América que, por su ausencia, ha perpetuado una imagen negativa e injusta de los inmigrantes de Estados Unidos. Su invisibilidad ha fortalecido a las fuerzas de la xenofobia que ahora están tratando de hacer que Estados Unidos le dé la espalda a su tradición preciosa como una nación de inmigrantes. Sin embargo, los latinos se enorgullecen de su historia de contribuciones militares que datan de la Revolución Americana. Fue entonces cuando Bernardo de Gálvez, el gobernador español de Luisiana, proporciono armas y municiones a las tropas de George Washington, y cuando España entró en la guerra del lado de los americanos en 1779. Desde entonces, los latinos han hecho mucho más que su parte de luchando por este país. Han servido en todas las guerras de Estados Unidos en mayor proporción que su porcentaje de la población. Pueden estar sub-representados en la política, colegios y empresas pero en los campos de combate, los latinos han sido sobre-representados. Se han ganado 40 Medallas de Honor, la más alta condecoración militar del país - más que cualquier otro grupo étnico en proporción a la cantidad que sirvió. Los historiadores dicen que más de 10,000 latinos lucharon en la Guerra Civil y que miles murieron en las dos guerras mundiales y Corea. En Vietnam, los latinos sufrieron de bajas en proporción mucho más grande que su población en Estados Unidos. Actualmente, a pesar de que los latinos representan el 13 por ciento de la población de Estados Unidos, están sub-representados ligeramente en los militares, con 10 por ciento de todos los soldados estadounidenses en servicio activo. Sin embargo, están sobre-representados en algunos estados con grandes poblaciones latinas - y eso es porque, como Cusi, muchos de ellos ni siquiera son ciudadanos estadounidenses. A partir de abril 2002, había 31.044 inmigrantes legales residentes de todas partes del mundo en servicio activo, o poco más del 2 por ciento de la fuerza total de 1.396.238. No pueden votar por el presidente que los envía a la batalla, pero pueden luchar y morir - como lo hizo Cusi - para la nación en la que viven. Es por eso que la memoria de Cusi sigue regresando a mí con bastante frecuencia hoy en día. Cuando detractores de inmigrantes atacan incluso a inmigrantes legales que aún no se han convertido en ciudadanos de Estados Unidos, cuando los políticos tratan de quitarle sus beneficios o hacerlos cumplir con reglas de solo-Inglés, pienso en Cusi. Después de todo, cuando fue enviado a la guerra, a nadie parecía importarle si era un ciudadano o hablaba Inglés. Algunos estadounidenses no pueden reconocerlo, pero muchos inmigrantes de tarjeta verde han hecho el sacrificio máximo - muriendo en la batalla incluso antes convertirse en ciudadanos estadounidenses - para que podamos seguir celebrando nuestros Cuatros de Julio. |
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